Las palabras nunca mueren,
se quedan para siempre, prendidas, pegadas,
formando racimos de alegría o de dolor,
encerradas en nuestra mente.
Salen a la luz de nuestro presente
ya sea porque las recordamos concientemente
o porque lo que vivimos les abre la puerta
y nos inundan el alma... nos devoran.
Unas son como suspiros, como brisas
que acarcian los sentidos,
los "te amo" guardados en la sangre
que recorre nuestro cuerpo.
Palabras que fueron medicina,
que curaron una herida,
que secaron una lágrima
salida de la tortura de estar triste.
Son la mano amiga que nos salva,
son el abrazo necesitado,
el socorro llegado justo
en el momento de la mayor soledad.
Y recordar estas nos devuelve la vida,
provocan sonrisas,
renacen agradecimientos;
divinas palabras de amistad, de amor.
Otras, son como arañazos, golpes
que hieren el alma, la consumen,
los "te odio" guardados en la sangre
que recorre nuestro cuerpo.
Palabras que fueron veneno,
que abrieron una duda,
que crucificaron el espíritu,
arrasando nuestra felicidad.
Son la intención mortal y dañina,
son el grito infernal que aplasta
el rencor y maldad llegados justo
en el momento de la mayor alegría.
Y recordar estas nos cortan la paz,
provocan llanto,
renacen tormentos;
malditas palabras de desprecio y mala voluntad.
las palabras..son armas de doble filo..con ellas puedes...edificar a una persona o la puedes demoler...las palabras nos ayudan a mostrar a otros nuestra vision del mundo, nuestros sentimientos, nuestras ideas.. a la vez, generar en otros sensaciones o pensamientos que les empujen a cambiar de postura en un campo concreto..
ResponderBorrarSon las palabras las grandes armas...pueden contribuir a la guerra o a la paz..
al odio o al amor..