A la elevada cima del profundo olvido,
sube poco a poco un sufrido ser...
No cuenta sus pasos, no siente ya el tiempo;
sólo avanza, desprendiéndose de sí mismo.
Dentro un incendio se apaga,
afuera un silencio se agranda...
y sus pasos, graves y lentos
socavan aún más el lamento.
Lentitud, sin ansias, sin prisas, sin emoción...
Arrastrándo el peso de lo que se siente;
la opresión, la tristeza, la soledad...
Y la cima... esa cima más lejana.