miércoles, 17 de junio de 2009

Busco



Pretendo en la clara aurora
encontrar el necesario aliento
que me impulse como al viento
hasta donde tu espíritu mora.

Es deseo de mi corazón enamorado
buscar tu calma y tu pureza
y vivir así como ave presa;
atado a ti, sin ser jamás liberado.

O sentirme volar por tu cielo azul celeste,
que atrae, que seduce, que anima;
en la nobleza de tu alma femenina,
dulcificar mi carácter agreste.

Que el tiempo se quede detenido
que no pasen ya los minutos
quiero disfrutar de tus flores y frutos
en tu placer eternamente perdido.

Busco en mi sangre esa gota
que lleva a mi corazón tu perfume
que renueva, trasciende y asume
el universo donde mi alma flota.

La Sinrazón


-Yo lo quiero...
-¿Por qué lo quieres?
-Porque lo quiero, simplemente...
-Debes tener una razón... ¿Cuál es?
-No hay razón, sólo lo quiero y ya!
-¿Entonces actuas sin pensar?... Eso es imposible. ¿Por qué tomas agua?
-Porque tengo sed.
-Ya ves, la sed es la razón. ¿Por qué comes?
-Porque tengo hambre.
-Exactamente, el hambre es la razón. ¿Por qué duermes?
-Porque me da sueño.
-El sueño es otra razón para hacer algo. Ahora dime... ¿Por qué lo quieres?
-Pues... No lo sé... Yo sé que lo quiero.
-Y... ¿Por qué lo sabes?
-Porque lo siento... algo me dice que lo quiero.
-Y... ¿Qué crees que es ese algo?
-No lo sé! Ya deja de preguntar!
-Solo dime... ¿Te sientes feliz cuando lo tienes contigo?
-Si, muy feliz
-¿Entonces es la tristeza la razón?
-No, no creo que sea la tristeza... no soy una persona triste.
-¿Te sientes completa cuando estás con él?
-Así es... mucho!
-¿Entonces será la soledad la razón?
-Tampoco, no me siento solitaria. El me gusta.
-¿La razón es que te gusta?
-Puede ser... es decir, ¿qué mas podría ser?
-¿Es diferente a otros?
-Si, es muy diferente, es algo nuevo.
-¿Será la curiosidad por lo nuevo la razón?
-No, no es eso, él me hace sentir bien.
-¿Te sientes mal al estar sin él?
-No me siento mal al estar sin él, pero me siento mejor al estar con él.
-Y... ¿Por eso lo quieres?
-No sé... lo quiero simplemente.

domingo, 14 de junio de 2009

Jacinto

Jacinto sabía que no obedecer a su padrastro significaba castigos dolorosos. Pero últimamente estaba sintiendo algo dentro de su ser que lo impulsaba a desobedecerle. Muchos eran ya los años que Jacinto era constantemente golpeado por aquel hombre por cualquier motivo, la mayoría de veces completamente injusto.

No recordaba un sólo momento de su vida en relación a su padrastro que no le trajese recuerdos dolorosos, en toda su existencia estando bajo la sombra de aquel ogro, Jacinto nunca había sentido lo que era ser abrazado, apoyado, guiado y por supuesto, respetado.

Recordaba con enorme tristeza cuando el único ser que le demostró amor, su madre, falleció aquel oscuro año en que la lluvia vino con tanta violencia cuando el rancho no aguantó los aguaceros continuos y se vino al suelo, llevándose no sólo techo y paredes, sino también a Eulogia, que esperaba a marido e hijo, que batallaban en el campo tratando de proteger la cosecha, que terminó por perderse, igual que la vida de Jacinto.

Quedó solo, completamente solo a merced de aquel truhán que ni siquiera ante la tragedia de perder a su mujer, cambió siquiera por un instante. La misma noche de la muerte de Eulogia, Jacinto fue brutalmente golpeado por Damian, porque el chico no fue capaz de encontrarle la botella de aguardiente que el padrastro le envió a comprar. Por supuesto era imposible encontrar algo en aquel momento de devastación natural, las lluvias eran fuertes, los ríos crecidos a tope, los caminos completamente impasables, la mayoría de personas encerradas en sus chozas, llorando y rezando para que aquel diluvio cesara por completo o se los llevara para siempre.

Jacinto trató lo mejor que pudo, aunque su alma estaba completamente aniquilada, su querida madre estaba bajo aquellos escombros, su cuerpo santo, frío y sin vida, yacía sin auxilio alguno mientras él había sido enviado a buscar alcohol como si nada sucediese. Todo aquello era una pesadilla. Jacinto lloraba amargamente mientras trataba de evadir los obstáculos de aquel camino destrozado. No comprendía su situación, solo deseaba estar en los brazos de su madre, solo deseaba poder sacarla de aquella montaña de madera y palma que la aplastaba... en un momento, su infantil espíritu se rebeló, aventó la botella y las monedas con violencia y en veloz carrera regresó hacia el desafortunado rancho...

La oscuridad era completa, pero los relámpagos iluminaban por segundos donde Jacinto ponía sus pies... lloraba de angustia, de pena, de dolor... la imagen de su madre se multiplicaba en su mente, la deseaba ver viva y sonriente, pero sólo la veía muerta, seria... su sangre mezclada con el agua y con sus propias lágrimas...

Al fin llegó y se puso enloquecido a retirar con todo lo que tenía de fuerzas aquellos pesados maderos que encarcelaban el frágil cuerpo de Eulogia, no sentía dolor... por ello no sintió las patadas que Damian le propinaba en su cuerpo, el padrastro habíase vuelto loco de rabia al ver volver al muchachito sin su bebida... Jacinto había quedado desmayado sin haber sentido la violencia del ataque...

Aquel momento, había quedado para siempre en el corazón de Jacinto.

Pasaron algunos años, todos ellos coronados por la amargura, la soledad, el arduo trabajo obligado y los consabidos golpes de Damian. El rancho se rehizo. Y Jacinto creció, se hizo fuerte... y de su corazón se escapó la inocencia...

Damian le había ordenado terminar con aquel trabajo antes que acabara el día... No obedecer al padrastro significaba castigos dolorosos... o quizá ya no eran tan dolorosos... el padrastro siempre andaba semi-borracho... siempre buscando su botella de alcohol barato... a los borrachos les suceden accidentes...

La primera lluvia empezó a caer sobre los enormes campos... y arreció en un momento... Jacinto se protegió bajo un toldo improvisado con plásticos y esperó paciente a que la lluvia pasara. Dos horas después la lluvia era intensa y no daba señales de amainar... Jacinto decidió que era mejor volver al rancho.

En el momento en que dejaba la endeble protección de su refugio, sintió que todo el cuerpo se le paralizaba, al mismo tiempo el retumbo de los cielos pareció romper todos los montes, campos y sembrados, la tierra entera se cimbró y en segundos la luz de 100 soles lo encegueció... cayó al suelo, adolorido, sordo, ciego y aturdido por aquella violencia descomunal que lo sacudió...

Se levantó lentamente... acalambrado... mareado... por unos instantes no comprendió lo sucedido... había sido un rayo que casi lo había matado... sin dejar de ver hacia el nublado cielo, temeroso de volver a sufrir otra espantosa sorpresa, se dirigió lo más aprisa que pudo hasta el rancho...

Al llegar, cayó nuevamente de rodillas... sorprendido y asustado, aquella descarga fulminante, había caído justo en el rancho de Damian... la demoledora fuerza de la naturaleza había pulverizado uno de los pilares laterales, la estructura se había venido abajo en segundos y uno de los pesados maderos transversales había caído sobre Damian, que estaba desangrándose sin poder salir de aquella pesada trampa... la lluvia arreciaba... la sangre de Damian se mezclaba con el agua... y pedía ayuda desesperadamente a Jacinto...

La botella de alcohol barato estaba justo a un lado de Damian... Jacinto la tomó... El padrastro gemía de dolor, imploraba al muchacho le ayudara a mover el pasado madero... empezó a convulsionar...

Jacinto empezó a reir... a reir a carcajadas... bajo aquella lluvia cerrada, frente al moribundo padrastro... Jacinto dio la media vuelta... no sin antes decirle a su padrastro... que en cuanto volviera con la botella de alcohol, lo sacaría de su prisión... y continuo riendo mientras desaparecia oculto bajo la gruesa cortina de lluvia...

Damian ya no logró ver desaparecer a su hijastro... y su risa... se fue perdiendo en un eco lejano confundido con la amable voz de Eulogia.

El Atardecer

La suave arena, el viento fresco, el cadencioso ritmo del oleaje, la inmensidad del mar eran los elementos de mi mundo en aquel glorioso instante en que el cielo se incendiaba al atardecer, el sol, como una gran bola de brillante fuego, enredaba su luz entre las nubes que jugaban tratando de esconderlo tras ellas, era una visión esplendorosa, radiante, única. Me sentía testigo especial, un elegido, cuyos ojos mortales contemplaban un paisaje incomprensible pero absolutamente hermoso.

Mi ser entero vibraba al compás de la música natural, inaudible pero cautivante de aquel movimiento de las esferas, de aquel cambio entre luz y oscuridad.

El cambio era lento, magnífico, la totalidad de la naturaleza, de la vida, iba cambiando también en aquel avance de las penumbras, el bullicio del día, su movimiento, su arremolinada actividad, se iba haciendo menos perceptible dando paso a la tranquilidad, a la lentitud, a la paz. El viento fresco a aquella hora crepuscular, habíase sentido caluroso hace tan sólo unos instantes y hasta su soplo era carente de ráfagas sorpresivas.

El cielo entero tornaba aquellos vivos y brillantes colores en suaves tonos, en apacibles azules oscuros, allá en la parte contraria al rey sol mientras que cerca a él, los naranjas y los rosados explotaban en una cadencia maravillosa.

La nubes parecían tratar de envolver al sol, para retenerlo o para cobijarlo... no lo sé... el espectáculo es un derroche de belleza, de luz y sombra, de movimiento y descanso...

Era mi diaria cita con aquel cambio monumental, mi diario recorrido por aquella playa tranquila que se transformaba cada día para recibir cada noche. Y al igual que todo cambiaba, mi propia persona, mi humanidad, mi mente, mi percepción, mis sentimientos incluso se modificaban en aquella sublime hora entre el día y la noche.

El atardecer... momento de reflexión... de profunda meditación... de fastuosa gloria.

viernes, 12 de junio de 2009

A mi corazón

Avanza triste corazón
y laméntate...
Apaga ahora tu ilusión
y cállate.

Viste ahora tu ropaje,
oscuro...
te sienta bien ese traje,
duro.

Cuando aprenderás
corazón...
que jamás amarás,
desolación!

Pinta tu llanto ahora
en tristeza
y trata de reponer en esta hora
tu nobleza.

¿Qué clase de amor deseas
disfrutar?
Eres ciego, eres tonto; ya no creas
en amar.

¿Por qué apresuras tu latido
amoroso?
Si bien sabes que es prohibido
y tormentoso.

En las sombras de la noche
está tu alegría
y en los versos de derroche
tu poesía.

Camina solitario, tranquilo
y sin apuro
y reposa en tu nido
sin futuro.

Perdido

Caminando por extraños senderos, perdí el rumbo de mi destino en aquella noche sin luna, pensando en mis problemas y en las posibles soluciones que no encontraba por ninguna parte, anduve sin darme cuenta por horas en aquella campiña hermosa mientras el sol descendía y la oscuridad se apropiaba del mundo.

Sin saber cómo, mis pasos se detuvieron, al fin, en el pórtico de una pequeña casa cuya única ventana se veía iluminada por el resplandor de una candela. Un enorme árbol, cuya ramaje inmenso cubría casi todo el techo de la casa, se erguía soberbio como un centinela poderoso y protector.
Mi mente que hasta ese instante permaneciera desconectada de mi realidad, volvió de la inconsciencia y me hizo pensar en lo singular de mi situación. Estaba solo, en un lugar desconocido, frente a una casa extraña a una hora inusual, mi falta de atención podría ahora meterme en un problema que definitivamente no querría. De pronto, pensé en que algún perro guardían de aquella residencia aparecería ante mi presencia y alertaría a los habitantes, que sin duda pensarían que se tratase de algún ladrón que aprovechando las tinieblas pretendía hacer una fechoría.

Mi constitución nerviosa, mi carácter poco dado a la aventura o a la sorpresa se hizo evidente y un temblor incontrolable me hizo su presa. Me sentía paralizado por el miedo que poco a poco me iba invadiendo, de inmediato una sensación de ser observado se hizo evidente y mi estado nervioso se truncó en pánico.

Con gran esfuerzo logré dar la media vuelta y empezaba a alejarme de aquella casa cuando una voz llegó a mis espaldas desde la oscuridad del lugar. Era una voz masculina que claramente preguntó sobre mi presencia y mis intenciones.

Era el dueño del lugar, que me había visto desde el primer momento, le pareció un tanto sospechoso que un extraño se detuviera frente a su casa, y se quedase quieto por varios minutos como una estatua para luego empezar a temblar como un sanbenito y dar la vuelta en franca retirada. Pero también pensó en las varias personas que aparecían por los alrededores y que habían perdido el camino en la oscuridad de la noche, confundidos entre tanto sendero, cuando volvían del lago cercano.

Tartamudeando más por la vergüenza que por el temor, me disculpe con el hombre por mi comportamiento, explicándole quien era y mintiéndole al decirle que al igual que otros, había sido víctima de la falta de ubicación y que me había perdido en el camino.

A pesar de la oscuridad, pude observar que el rostro del hombre se hizo menos serio y amablemente me invitó a pasar a la casa, yo desde luego me disculpé nuevamente, diciéndole que no deseaba causarle más molestias, pero él insistió, era ya muy noche, se avecinaba la lluvia y el camino de vuelta a mi hotel era bastante largo, sus facciones ya amigables me reconfortaron lo suficiente para aceptar su amable invitación.

Fue agradable advertir que dentro de la casa el ambiente era tan familiar, aunque era la primera vez que estaba en aquel lugar todo me parecia conocido, fue agradable a primera instancia y luego mi lógica arremetió contra la sensación. Al quitarme el abrigo, lo colgué justo en el gancho que estaba escondido tras una puerta falsa, como si ya hubiera sabido que estaba allí. Y el nerviosismo empezó de nuevo a invadirme.

El dueño del lugar me observaba ya bajo la luz de las velas, y yo a él... Me pareció por un instante que estaba parado frente a un espejo de cuerpo entero... pero la imagen que veía era la de un hombre mucho más viejo que yo... y aquel, demostraba en sus facciones que se encontraba en similares condiciones... un zumbido fue creciendo dentro de mi cabeza, y en un instante no supe más.

Dicen que me encontraron cerca de la orilla del lago... al pie del tronco de un inmenso árbol... No tenía contusiones, ni heridas, al parecer me desmayé, no había casa alguna en los alrededores, lo único que jamás volví a encontrar fue mi abrigo...

Hasta este día, no logro comprender este episodio de mi vida... ¿Alucinación o sueño?

jueves, 11 de junio de 2009

La Imaginación

Imaginación, poderosa arma, madre de tantas cosas, salvadora de vidas, creadora de muertes, avasalladora y brutal, extiende su poder a lo ilimitado, forma universos en un segundo y deshace sueños en un parpadeo. Nos coloca en el pasado, nos hace comprender todos los idiomas, nos permite volar en cielos de colores nunca vistos en lugares extraños, nos rodea de seres incomprensibles, de reflejos inverosímiles, de animales fantásticos.

Es una chispa incontrolable que se mueve por su cuenta, es un deseo, un ansia, una meta; nos prodiga con recursos inexplicables, es autora de felicidades, de tristezas profundas, de erotismos intrincados, de libertades absolutas, de vidas ejemplares, de bondad y de maldad extremas, de aventuras ineludibles.

Poemas, versos, lirismo, personajes, lugares, situaciones, luchas, tiempos oscuros y brillantes, paz eterna, guerra continua, vicios, sentimientos; lo maneja todo, lo hace todo, lo manipula todo; incluso en nuestro sueño, ella controla los hilos invisibles de nuestro ánimo, de nuestra creatividad.

Su existencia nos llena de alegría o de tristeza. Su falta nos condena a vivir la realidad aplastante, sin tener una salida temporal al caos, al peligro, a la seriedad, a la rutina, a la obligación, a lo lógico... Es el salvavidas, el bote, la mano amiga, el consejo, la distracción, el entretenimiento, el gozo, es la sal intangible que da sabor a lo real.

Es el alter ego en algunos, la doble personalidad en otros, es tanta su fuerza, su dominio en otros, que llega a sobrepasar sus límites irreales y se manifiesta en la realidad, creando espejismos, devaneos, locuras, esquizofrenias, creando en su víctima un mundo paralelo que incapacita, que retiene, que estorba, que suscita problemas, malos entendidos, opiniones adversas, métodos equivocados, odios... barreras humanas nacidas de la incomprensión o la ignorancia... o quizá de la simple y llana envidia.

Pero sin la imaginación el humano con toda su inteligencia no fuese nada importante. Pensaría si, pero sin proponerse a descubrir, sin curiosidad, sin empeño, sin deseo.

Triste existencia la de aquellos que poseyendo este tesoro, no lo usan, lo evitan, lo niegan... aquellos que la realidad los envuelve, aquellos que no gastan una sonrisa por temor al fracaso, aquellos que no viajan al futuro, que no cambian el presente, que no resucitan el pasado... aquellos rutinarios que solo ven 24 horas al día... aquellos que no advierten el poder de salir del cuerpo y viajar por las estrellas, por mundos paralelos, por dimensiones raras, que solo contendrán lo que nosotros deseamos y que solo nosotros podemos aniquilar.

El continuo ejercicio de tan preciado don, nos garantiza mucha paz, alegría, tranquilidad, satisfacción con nosotros mismos, es tener algo tan propio que no necesitamos pedir permiso para gozarlo, y muchas veces de sus frutos conseguimos una grandeza insospechada cuando se comparten los sueños, las quimeras, las ansias, las esperanzas, las ilusiones en forma de imaginativas vidas, experiencias, métodos y acciones.

miércoles, 10 de junio de 2009

El Día de mi Muerte

El día de mi muerte no atormentéis mi cuerpo con cuidados, antes bien, dejadlo retornar con pies de química eterna a su ancho origen, cremad o enterrad mi traje físico, como guardáis un libro ya leído. Vestid de blanco, que yo seré la sonrisa que ese día ilumine vuestros rostros porque ese día mi abrazo será verdadero y sin limitaciones.

El día de mi muerte no lloreís, porque no estaré limitado a la carne, más bien estaré en cada mente y corazón y mi reino será verdadero y no podreís apartarme de vuestro lado. Seré el viento que os acaricie la piel, la luz que ilumine vuestros rostros, la música que a lo lejos escucharéis.

El día de mi muerte tomáos de las manos como símbolo del nexo que entre la vida y la muerte formaremos. Vosotros y yo en diferentes planos, en mundos opuestos, en realidades distintas. Dejadme ir sinceramente, retenedme solo en vuestro corazón y recordadme solo cuando sea necesario.

Os dejo lo que fui, lo bueno y lo malo, que después de ese día alcanzarán un significado diferente. Seré uno con vosotros y nunca más me alejaré. Mi vida será más real después de mi muerte. Y cuando el ocaso del olvido, tan natural que el tiempo impone venga a vosotros, no os preocupeís, porque seremos aun más unidos.

Iremos de vuelta al origen. Completaremos el círculo. No lloreís, no demostréis dolor, en la muerte no existe el dolor, no existe ni siquiera el tiempo, no existe nada. Y en la nada os espero.

MIS AMIGOS EN ARGENTINA

Este fue un sencillo homenaje a mis queridos amigos en Argentina, con ellos comparto muchas cosas y me han enseñado muchas más. Mucha de la gente más bella, es la que se encuentra físicamente lejos de nosotros. Abrazos amigos!


Como un suspiro

Fugaz como esos meteoros
que por un segundo
iluminan el negro profundo
con luces de diamantes y oros.

Así como llegaste repentina,
con tu luz y tu brillo...
asi te fuiste, dejando frío,
¡Oh Mujer Divina!...

Fuiste susurro placentero,
aleteo de ágil colibrí
en un instante te tuve y te perdí...
pero te llevaste mi corazón entero.

Flor de mi Vida

El perfume que de ti yo aspiro,
trasciende a mi alma enamorada
pues eres lo mejor que he tenido
en esta mi vida tan desequilibrada.

El color de tu corola sublime
a mis ojos acaricia y seduce
hace que mi espíritu se anime
y en mi vida las penas reduce.

El verde de tu esperanza
a mi fé reafirma y sostiene
esperando con profunda añoranza
todo lo que en mi destino viene.

El cáliz de tu amor transparente
se brinda como una copa dorada
donde bebo feliz y mansamente
pues allí está mi ilusión alimentada.

El polen sagrado de tu vida
que genera dulzura y sentimiento
es una majestuosa avenida
donde olvido todo sufrimiento.

miércoles, 3 de junio de 2009

El Arbol

El árbol había sido plantado hacía más de 150 años, era inmenso, su tronco amplio, gigante, recto, una torre impresionante que llegaba al cielo, y allá muy alto en su copa, su verde y frondosa corona era muchas veces oculta por las nubes bajas que normalmente cubrían aquel valle.

El árbol tenía mucha historia, había sido testigo de innumerables hechos, a diferencia de otros árboles que cubrían el lugar, él había sido plantado por manos humanas, justo el primer día del asentamiento de aquellos que llegaron de tierras lejanas en busca de paz y tranquilidad.

Era por lo tanto, un colono. Un extranjero que había echado raíces profundas en aquella tierra saludable y fecunda. Era un símbolo apreciado de un final feliz donde concluyó un viaje terrible, un símbolo de esperanza, de sueños casi imposibles, de búsquedas continuas, de perseverancia y valentía, de éxito a pesar de las viscisitudes.

Gozaba de prestigio, de admiración, casi de reverencia por parte de estas nuevas generaciones, que lo habían conocido desde su más tierna infancia a través de las mil historias de sus padres y abuelos. Representaba ante el pueblo, el espíritu aguerrido, la voluntad inflexible y la fuerza de carácter de cada uno de los que ahora ya no estaba con ellos.

Pero no le fue fácil llegar a siglo y medio de vida. Muchos incidentes estuvieron a punto de eliminarlo para siempre. Incluído aquel terrible incendio de hace 80 años, los ataques de bandoleros, las enfermedades propias de su especie, y aquella terrible ocasión en que el consejo del pueblo se negó a aceptar la proposición de cortarlo para usar su madera en el nuevo puente.

Por muchas partes, su tronco muestra las marcas del amor... infinidad de nombres dentro de corazones han sido tallados con paciencia, con dulzura, con cariño... muchas parejas se formaron bajo su sombra, mil conversaciones amorosas fueron susurradas bajo sus ramas. También fueron dictadas algunas leyes, algunas un tanto injustas otras muy tolerantes, los líderes del pueblo, a lo largo de siglo y medio lo usaron como fondo a sus discursos políticos.

Una vez, tan sólo una vez, se intentó usar una de sus nobles ramas, para ejecutar a un inocente, que había sido acusado de un horrible crimen, la inteligencia de algunos, la capacidad de otros intervino para evitar aquella cobarde injusticia. Por lo tanto aquel terrible trabajo no se hizo, y el árbol no se manchó por la ignominia y la vergüenza.

Era el preferido de muchisimas aves, tanto de las que vivían siempre en el valle, como de aquellas que en sus viajes migratorios recurrían a sus ramas para descansar año tras año. Un número inmenso de generaciones completas de aves, habían nacido sobre él. Además, miles de otros seres se protegían, vivían, se repoducían y morían en el árbol.

Un día en especial, cada año, era el árbol el principal protagonista de una celebración, era el día en que floreaba, ese día marcaba el inicio de las actividades agrícolas, el inicio de la crianza de animales, el inicio de un año más para el pueblo. Su tronco era adornado con vistosos listones, muchas personas se congregaban a su alrededor, habían discursos, comida, juegos, abrazos, risas bajo su imponente sombra y muchos ojos se elevaban incrédulos para tratar de alcanzar su altura y verse a sí mismos como pequeños insectos a su lado.

A pesar de su edad, aún era joven, tenía muchos años más para existir. Tenía un espacio privilegiado en aquel lugar y sin duda continuaría siendo el símbolo de muchas cosas, continuaría recibiendo a los enamorados, que recostados en su poderoso tronco rezarán al dios del amor y prometerán mutuamente amor eterno; continuaría siendo un fondo impresionante para aquellos que buscaban liderar al pueblo, continuaría dando refugio y abrigo a infinidad de seres, continuaría siendo el guía perfecto para la siembra, para la producción en aquel grupo de humanos en constante crecimiento, continuaría siendo el eje central de muchas historias que contarán los que aun no han nacido... continuaría siendo todo eso... a pesar de futuros conflictos, de futuras tragedias, de futuras equivocaciones...

Esperemos que así sea... por todos los árboles del mundo.