Tengo por tus besos
la demanda más grande,
la necesidad que perturba
y las ansias que hieren.
Más poseo estos labios
que para ti están en oferta
coqueteando a tus deseos
impregnando tu imaginación.
Mi piel que se desmaya
por el contacto de tus manos
demanda compulsiva ese toque,
que en caricias me transforme.
Mientras tantos estos dedos
que golosos se ofrecen
a pasear por tu cuerpo
se ofertan, se dan y se regalan.
Demando exigente
tus pensamientos,
que vuelen y me lleven
al paraíso de tu amor...
En tanto que en mi mente
reina absoluta esta oferta
de tomarte y al cielo
del placer llevarte toda.
El amor nos envuelve
entre ofertas y demandas
entre dádivas y propuestas
entre adentros y afueras...
Tomemos nuestras manos,
penetremos la pasión
y que el tiempo nos regale
una vida entre dos.