He caminado con el alma dolida, triste... por los callejones de mi soledad lleno de melancolía, de pesares nacidos de lo ignoto, de lo desconocido.
He caminado con el alma dolida, triste... con los ojos inundados de llanto, arrasado el espíritu, quebrado... con un nudo en la garganta.
He caminado con el alma dolida, triste... con el tiempo detenido sobre la herida, que sangra infinitos oscuros he sentido la eternidad del sufrimiento.
He caminado con el alma dolida, triste... afanado en hallar respuesta... a los ecos lacrimosos, al lamento sin fin que emerge de lo recondito.
He caminado con el alma dolida, triste... corazón arrugado, apretado, palpitando los ayes de lo incomprensible con su ritmo lento, agónico, fatal.
He caminado con el alma dolida, triste... ensimismado en preguntas que no tienen respuestas... y que duele preguntarse.
He caminado... dolido y triste... de la mano de mi sombra... en dirección imprecisa al borde de la locura.
Publicar para el mundo no es cosa ni fácil ni agradable...
Con esas palabras inicia Ideas, Complicaciones y Demás, hace doce meses exactamente, en ese período de existencia, la página ha ido adquiriendo poco a poco su propia personalidad siendo el medio de expresión más satisfactorio que he tenido.
Ideas, Complicaciones y Demás, nació de la necesidad personal de compartir con todos aquellos que acepten una sobreentendida invitación a leer y si se quiere, a disfrutar de los frutos de mi creación, que en ninguna manera pretender colocarse en un sitio de honor que intente superar a otros mucho más inspirados y conocidos.
Lo mio es humilde, si se me permite la palabra, sin pretensiones de grandeza literaria, sin apego a las estrictas reglas de la métrica, sin quizá el brillo fulguroso de aquella poesía de los grandes que inunda el sentimiento con versos nacidos del talento nato y prodigioso; pero si es una satisfacción propia que me llena de una íntima alegría y me hace ocupar orgullosamente un lugarcito en la atención de unos no pocos espíritus que me brindan su tiempo y a los cuales les doy las más profundas gracias.
Gracias a mi familia por el apoyo brindado, a amigos y colegas por algunos consejos que han sido útiles para el diseño y contenido, a todos aquellos que de lejos y de cerca me dan el empujoncito necesario para continuar.
Y en especial, gracias a aquella musa, digna hija de los dioses, por permitirme el honor de la contemplación y recibir de ella las dádivas necesarias para la inspiración.
Sigo pensando que publicar para el mundo no es cosa ni fácil ni agradable, pero vale la pena el esfuerzo.
GRACIAS A TODOS.
"SENSUALIDAD"
A nadie pasa desapercibida, es un toque natural, especial... tenue a veces, intenso otras, pero siempre emanando de ti.
Aroma trascendente de flor que encanta, atrapa e hipnotiza; doblega, acaricia, domina, enloquece y encierra.
Fuerza de tormentas y huracanes en una mirada hecha de diamantes, en un ademán imperceptible en un acento de voz, quedo y musical.
Apreciable en todo momento, constante, fluído, arrebatador; este dormida, despierta, feliz o triste siempre en ti, siempre de ti.
Sensualidad efímera y eterna en tu andar, en tu piel, en tu voz; en tus palabras, en tu pensamiento; en tu cuerpo, en tu alma.
Raro, exquisito, genuino, alucinante, innato regalo de la naturaleza, y aunque lo evites, aunque lo escondas se muestra solo, siempre presente.
Ante tu presencia se incitan los sentidos, se doblega la voluntad, se afanan los deseos, se altera la percepción, y se transforma el sentir; originas romanticismo, creas amor...
Y aun en tu ausencia, el poder sensual que envuelve tu presencia como brillante aura ejerce sobre corazones, ideas y palabras el poder de doblegarlos y adorarte.
Y es que "ese no sé que" que irradias de una manera tan aplastante ha subyugado a mi alma, de tal modo que estoy atrapado en tu sensualidad.
Ojos profundos, de mirar inocente, minimo, pequeño, de andar indeciso, llegas a mi con seriedad absoluta y con una frase, me abres el cielo.
"Dile a tu ángel... "- dices clarito... "... que le diga a mamá que la extraño." Y caigo brutal y al momento desde aquellas alturas arrogantes...
La manera simple, directa, sin vueltas, sin egoísmo, con la más clara verdad y con el más puro sentimiento.
La visión infantil, de una tragedia embellecida por la inocencia de su manera de comprender, despojándola del dolor.
Mientras el corazón adulto, ausente y envuelto en dilemas se despedaza en emociones que lo aturden, que lo sacuden.
Y vuelan lejanos los propios problemas, cual mariposas que emigran, que se alejan para dejar un claro y gozar sufriendo la gloria del momento.
Caen lágrimas, cual cadenas rotas liberando el recuerdo, aquel pasado en que igualmente se fue niño y el dolor aunque presente, estaba siempre distante.