El Bosque

Sinuosos senderos, oscuros
noche fresca, serena;
mis pasos me conducen
hacia lo profundo.

Entre las imponentes
siluetas de los árboles
a mi vista apareces
divina, sensual, hermosa.

Envuelta en vapores,
tu cuerpo se adivina
bajo aquellos ropajes
tenues, ligeros, escasos.

Temblando me acerco
tu mirada intensa
incendia mi ansiedad
elevando mis deseos.

El bosque entero se silencia,
la nubes, el cielo, el tiempo
detienen su propia existencia
en un prólogo de éxtasis.

Mis manos toman,
deslizándose por tu cintura,
la calidez de tu cuerpo;
y el calor se apodera de mi.

Músicas extrañas
y a la vez conocidas
golpean mis sentidos
ahogándolos, aturdiéndolos.

Mi corazón late con fuerza,
tus labios me llaman,
tu piel me reclama,
tu humedad me enloquece.

Aquel beso tiene sabor a gloria
es el preludio a conocer
los interiores de tu cuerpo,
tus secretos, lo escondido.

Entrelazados en abrazo
que hierve la sangre
al contacto de tus carnes
caminamos enamorados.

Al claro, al lecho, al nido,
alli, se consumará
entre susurros
el deseo insoportable.

Aquel mundo,
del cual emana pasión
es testigo de
la entrega total.

Y aquel mundo es también
parte de mis sueños
construido de anhelos ,
esperanzas y aspiraciones.

El bosque candente,
arrebato, efusión, ahogo,
enardecimiento y adoración;
para dos, entre dos.

Armando Manzanero - Adoro