Para los que buscan el olvido... y no lo hallan
El dolor del recuerdo, es lento,
es sufrimiento puro, es castigo...
Llaga, quemada, aturdimiento,
un mal visitante, un enemigo.
A la mente llegan los momentos,
que idos han quedado, perdidos;
en desahogos, penas y desalientos,
tristezas y sentimientos contenidos.
Recordar es vivir... revivir la agonía,
de lo que fue y no será más...
de lo que hasta ayer era armonía...
y hoy es un nunca, un jamás.
¿Cómo separar de la vida el recuerdo?
¿Qué hacer para borrar el pasado?
Si entramos en desfase, en desacuerdo...
si lo que vivimos no puede ser sólo expulsado...
El único amigo... aunque indiferente...
será el tiempo que a veces, benévolo,
nos dará la paz, el olvido, lentamente...
trasmutando el recordar en algo malévolo.
Pero mientras... duele cada instante,
cada afán, cada pensamiento, cada mirada...
cada día, cada momento... desesperante.
con el alma muriéndo... vacía, desangrada.
