BAUL DEL POETA 2 - (CONSEJO) ENVIADO 4 DE AGOSTO DE 2005
Pones las cosas de una manera en que pareciera que eres más la víctima que el responsable.... y te diré:
Veo en ciertas ocasiones que nuestra existencia se mantiene en el medio de una especie de escala donde hacia un extremo está lo negativo y hacia el otro lo positivo, y veo igualmente que no es decisión propia la que nos hace mantenernos en tal lugar, no creo en la suerte ni en bendiciones o maldiciones que provengan de dimensiones ajenas a la nuestra para decir que gracias a una de esas es que el punto medio aparece de pronto como presente en nuestra vida; ambos extremos de dicha escala no nos son tampoco extraños, aunque pocos lleguemos a la punta de dichos límites, sufrimos y gozamos dentro de un esquema digamos común a la mayoría, nos asombramos en ocasiones o nos llenamos de envidia o de compasión al ver a un semejante caminando por dichos senderos de absoluta felicidad o de inaguantable tristeza, y aunque tampoco son pocos los que sufren esto último, en nuestro caminar nos aislamos de los extremos por la falta de experiencia propia y de allí que nos mantengamos entre destellos de felicidad de corta duración y periódos de franca dolencia, sean estos y aquellos por un exceso o una falta de salud, dinero, amor o tranquilidad y en algunos casos por motivos decididamente eccéntricos... pocos también, afortunadamente.
Volviendo prontamente hacia lo que nos trajo a todo esto, diré que considero que usamos la conciencia sin sentirlo y nos aprovechamos de aquellas minúsculas oportunidades para aumentar nuestro gozo o apartar nuestra infelicidad; provocando que nuestra situación flote en ese medio que podemos llamar normalidad dentro de lo que cada uno hace significar el vocablo.
Buscamos nuestro destino y somos artífices únicos de nuestra actuación en el teatro de la vida, todos de diferente manera, usando los medios que tenemos a nuestro alcanze y una veces sabiendo muy bien lo que deseamos hacer y otras sin siquiera pensarlo, seguro que esto muestra una herramienta más de nuestra calidad de seres superiores (mentalmente, nada más) para superar lo que nos daña y retener lo que nos beneficia.
Esto aplica a todos, aunque de variada manera, puesto que lo que daña a uno puede beneficiar a otro y viceversa, además de que estamos en diferentes tiempos de existencia, mientras unos van hacia abajo otros van hacia arriba, eso individualmente, colectivamente está claro que la mayoría tiene asegurado el descender más que el ascender... triste comparación entre individuo y grupo.
Al ser en suma un hecho inconciente del manejo de algunos hechos, nos es fácil al reintegrar la conciencia a los acontecimientos; proclamar que ha sido la suerte, mala o buena, dependiendo el caso, o el premio o el castigo de esta u otra indescifrable divinidad que controla los hilos de nuestra vida que esto o aquello o lo de más allá haya venido a ser claridad o sombra en nuestra humana vida.
Hay sólo dos hechos que son incontrolables... el nacimiento y la muerte, y del segundo aun tengo algunas dudas porque dependiendo de algunos hábitos, bien se sabe que podemos hacer que venga un poco prematuramente a cercenar nuestra tranquila existencia en el medio de la escala del bien y del mal.
Así pues que se puede decir que todos somos suicidas... en potencia.
Asi pues amigo mio, que siendo tu nacimiento lo único en lo cual nada tienes que ver... de lo demás te debes encargar con entera devoción, el cambio es necesario aunque muchas veces no muy bienvenido, cuando no se tiene el valor de traer la muerte es mejor tener el valor de continuar la vida...
Te deseo... “Suerte”
Poetalibre