La historia de nuestros pueblos latinoamericanos está llena tanto de deseos de unión como de separación, lamentablemente es lo segundo lo que ha sido el hecho mayoritario. La visión de una América Latina unida, es un bello sueño, sería una extraordinaria ventaja para todos, dejando el aquello de que la unión hace la fuerza por ser ya algo más que probado, una unidad absoluta de los pueblos latinoamericanos enriquecería nuestra identidad a un nivel extraordinario, un solo país, una sola bandera y un solo ideal.
Fuera del entorno económico y comercial que tomaría una fuerza sorprendente, puesto que difícilmente se impondrían restricciones, límites y contratos sospechosos, nuestra unidad nos converitiría en una potencia en varios sentidos.
Si dejásemos el aquello de la identidad nacional por un lado y centráramos nuestro orgullo en el origen común de nuestros pueblos, en los ideales maravillosos de Bolívar y Martí, si dejásemos de lado las fronteras que sólo nos causan daño, si olvidaramos que los acentos regionales son en realidad hermosas diferencias fonéticas de una misma melodía llamada español y que éste es la base primigenia de nuestra esencia moderna y la piedra angular de cualquier unión que pueda fundarse entre dos o entre todos los pueblos nuestros.
Si dejamos de ser bolivianos, costarricenses, cubanos por citar apenas unos pocos para ser ciudadanos de un universo latino mucho más amplio, sabiendo que la cultura regional y toda aquella historia es parte de algo más extenso, podríamos subir a un escaño superior de autoconocimiento, de valor personal y general, sabernos parte de la quinta región más grande del mundo, de un espacio gigante donde se representan todas las razas, todas las culturas, todas las tradiciones, todas las leyendas... de toda la sangre latinoamericana.
Viajar libremente por aquella vastedad de tierras hermosas, llenas de todos los tipos de climas. Considerarnos todos los dueños de los impresionantes Andes, de las islas caribeñas, de la inacabable pampa; viajar de lo grande a lo pequeño, de lo bello a lo extraordinario, adueñarnos de costumbres nuevas, de palabras nuevas, de canciones nuevas hasta que lleguen las generaciones que aún no existen y que para ellos sea natural ser parte de la inmensa patria.
Difícil que esto se cumpla... Existen obstáculos grandiosos que derribar, pero si hasta el momento lo único que tenemos en un grupo de naciones que sobreviven en un mundo competitivo, desangrándose en múltiples conflictos internos, algunas dominadas por regímenes que perpetuan la pobreza y el terror, al borde de la bancarrota... ¿acaso no sería una opción el tratar de unirnos?
Poetalibre
Cuaderno Púrpura - Anarquías - La Patria Grande
Enero 2008
Hola Poeta
ResponderBorrarEs raro despues de tanta poesia romantica y sentimental leerte ahora sobre estos temas pero se que eres multifacetico espero poder volver pronto a leer esos versos bellos. Me pregunto donde andan las chicas. Todo a su tiempo supongo. Besos para ti y muchas gracias a Mariana por postear lo tuyo.
Besitos, muchos besitos
Erika :-)