viernes, 1 de octubre de 2010

La Otra Musa


Es ella la visión del final,
la que reclama el último verso;
la poesía postrera, la eterna,
oscura y mejor prosa.

La que se marca con la vida,
la que se acentua con el corazón,
la que canta al recuerdo,
a la pena y al adiós...

No hay mucho color y luz
en su presencia absoluta,
hay silencios y llantos,
también hay dolor y contento.

Extiende su brazo y alcanza,
y el frío recorre el cuerpo
y en su toque pregunta:
¿Dónde está la palabra?

¿Qué puede escribirse
en ese poema final?
No lo sé, aun no lo sé
lo importante quizá, o no.

La vida que se ha tenido...
Los sueños que quedan...
Los éxitos y fracasos...
El mal causado... no lo sé.

Más sé que volverá,
por tercera vez, volverá
y ese poema que no quiero escribir
tendrá que estar listo.