El árbol había sido plantado hacía más de 150 años, era inmenso, su tronco amplio, gigante, recto, una torre impresionante que llegaba al cielo, y allá muy alto en su copa, su verde y frondosa corona era muchas veces oculta por las nubes bajas que normalmente cubrían aquel valle.
El árbol tenía mucha historia, había sido testigo de innumerables hechos, a diferencia de otros árboles que cubrían el lugar, él había sido plantado por manos humanas, justo el primer día del asentamiento de aquellos que llegaron de tierras lejanas en busca de paz y tranquilidad.
Era por lo tanto, un colono. Un extranjero que había echado raíces profundas en aquella tierra saludable y fecunda. Era un símbolo apreciado de un final feliz donde concluyó un viaje terrible, un símbolo de esperanza, de sueños casi imposibles, de búsquedas continuas, de perseverancia y valentía, de éxito a pesar de las viscisitudes.
Gozaba de prestigio, de admiración, casi de reverencia por parte de estas nuevas generaciones, que lo habían conocido desde su más tierna infancia a través de las mil historias de sus padres y abuelos. Representaba ante el pueblo, el espíritu aguerrido, la voluntad inflexible y la fuerza de carácter de cada uno de los que ahora ya no estaba con ellos.
Pero no le fue fácil llegar a siglo y medio de vida. Muchos incidentes estuvieron a punto de eliminarlo para siempre. Incluído aquel terrible incendio de hace 80 años, los ataques de bandoleros, las enfermedades propias de su especie, y aquella terrible ocasión en que el consejo del pueblo se negó a aceptar la proposición de cortarlo para usar su madera en el nuevo puente.
Por muchas partes, su tronco muestra las marcas del amor... infinidad de nombres dentro de corazones han sido tallados con paciencia, con dulzura, con cariño... muchas parejas se formaron bajo su sombra, mil conversaciones amorosas fueron susurradas bajo sus ramas. También fueron dictadas algunas leyes, algunas un tanto injustas otras muy tolerantes, los líderes del pueblo, a lo largo de siglo y medio lo usaron como fondo a sus discursos políticos.
Una vez, tan sólo una vez, se intentó usar una de sus nobles ramas, para ejecutar a un inocente, que había sido acusado de un horrible crimen, la inteligencia de algunos, la capacidad de otros intervino para evitar aquella cobarde injusticia. Por lo tanto aquel terrible trabajo no se hizo, y el árbol no se manchó por la ignominia y la vergüenza.
Era el preferido de muchisimas aves, tanto de las que vivían siempre en el valle, como de aquellas que en sus viajes migratorios recurrían a sus ramas para descansar año tras año. Un número inmenso de generaciones completas de aves, habían nacido sobre él. Además, miles de otros seres se protegían, vivían, se repoducían y morían en el árbol.
Un día en especial, cada año, era el árbol el principal protagonista de una celebración, era el día en que floreaba, ese día marcaba el inicio de las actividades agrícolas, el inicio de la crianza de animales, el inicio de un año más para el pueblo. Su tronco era adornado con vistosos listones, muchas personas se congregaban a su alrededor, habían discursos, comida, juegos, abrazos, risas bajo su imponente sombra y muchos ojos se elevaban incrédulos para tratar de alcanzar su altura y verse a sí mismos como pequeños insectos a su lado.
A pesar de su edad, aún era joven, tenía muchos años más para existir. Tenía un espacio privilegiado en aquel lugar y sin duda continuaría siendo el símbolo de muchas cosas, continuaría recibiendo a los enamorados, que recostados en su poderoso tronco rezarán al dios del amor y prometerán mutuamente amor eterno; continuaría siendo un fondo impresionante para aquellos que buscaban liderar al pueblo, continuaría dando refugio y abrigo a infinidad de seres, continuaría siendo el guía perfecto para la siembra, para la producción en aquel grupo de humanos en constante crecimiento, continuaría siendo el eje central de muchas historias que contarán los que aun no han nacido... continuaría siendo todo eso... a pesar de futuros conflictos, de futuras tragedias, de futuras equivocaciones...
Esperemos que así sea... por todos los árboles del mundo.
Un poeta no debe contentarse con contar las maravillas de la tierra; también en el cielo hay algo que admirar. Galileo Galilei.
miércoles, 3 de junio de 2009
El Arbol
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Encontrarse con una maravilla así es todo un privilegio. Señal de respeto hacia la naturaleza, señal que la intervencion humana queda excluida.(¡ay! , si los arboles pudieran relatar todo lo que ven...podre de muchos , me incluyo..."arboles testigos mudos"...R.C.M.C
ResponderBorrarImagina lo que pudieran contarnos... una vida entera no nos alcanzaría para tanta información!
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