Seducción Peligrosa

Una mirada que no es mirada, unos ojos que ven sin ver,
una atención disimulada, siendo sin querer ser, existiendo.
Aquella sonrisa apenas perceptible de un rostro hermoso,
joven, lleno de belleza, de agudeza disfrazada.
Aquel semblante que demuestra inocencia
a la vista inexperta de los recién llegados a la vida real.
Invitación contundente a ser abordada, flamea el interés,
curiosidad desbocada ante una risa que cascabelea
en los interiores de nuestra atontada atención...
Sus manos, delicadas, suaves y ligeras, subrayan
con ademanes casi invisibles a sus palabras, a esas palabras
que no van hacia nadie, hacia nada, que no dicen nada,
que no significan nada al oído poco sensible a la doble intención
pero que van llenas de coquetos mensajes, que llaman,
que piden, que saborizan el instante que era gris.
Su presencia, su voz, su risa, sus manos, su rostro,
sus palabras, su mirada, toda ella... un regalo inesperado.
Pero juega... sólo juega, le encanta ver caer a su presa,
a su víctima, que creyéndose victimario cae en el teatro
de la conquista, sin entender que la comedia está
siendo montada para su propio escarnio, para su propia sorpresa.
Aquellos ojos que ven sin ver lo atraviesan de lado a lado,
aquel rostro de belleza singular se transforma en dura piedra,
aquellas palabras alucinantes se trocan en insultos y
aquellas manos convertidas ahora en garras causan espanto.
¿Dónde quedó el Romeo enamorado? ¿Dónde aquella flor incomparable?
La presa ha caído, engañada, utilizada, como un experimento
de dominación, todo ha sido un éxito.
Esto sucede con una frecuencia muy grande, los Romeos abundan,
como las moscas... pero hay telarañas invisibles, tenues, puestas
estrategicamente en un par de ojos soñadores, en unos labios carnosos,
en un rostro bello e inocente, en unas manos de porcelana,
en una voz de ensueño, en un cuerpo delicado, femenino, breve...
que no representa peligro alguno... hasta que se propicia.
Flores peligrosas para manos aficionadas... y es que aún aquellas
que se dicen o se creen ser de expertos, encuentran a veces
la horma de su zapato.

Poetalibre
Cuaderno Blanco - Laberintos Privados - Sobre amores y desengaños - Julio 2008