CARTA DE AMOR 1

Desde una noche de primavera cuando vino el viento fresco y pausado, por mi mente pasaron los dulces momentos en que ví sus ojos, sus labios y manos, no es que me haya enamorado, porque soy de esos que prometen ser de piedra cuando son de azúcar, que buscan la soledad porque tienen rota el alma, que cuando aman se esclavizan, que no tienen orgullo, ni siquiera pundonor.

No quiero que lo sepa, voy disfrazando la voz, mi sonrisa es discreta, la vista baja y desatenta, si tengo que hablarle será con brevedad, pero los sueños... ¿Cómo los voy a evitar?

Tengo que atender lo mío, los asuntos cotidianos y sin pensar se me escapa su nombre, me propongo firmeza, cumplir con el deber, pero cuando hay un silencio, escucho el tono de su voz, en la música, en las flores, en la noche y en las estrellas, en el alba y en la tarde, en las nubes y en la lluvia.

Adoro las nocturnas horas pero no quiero que llegue la noche, una bandada de ansias hace levantarme, pero si sé que se acerca el temor y la duda casi me empujan a cruzar la esquina, es deseo y pena, es angustia y fé, es un bello sentimiento y un mal presentimiento, es esperar amar y no querer amar.

¿Hasta cuándo el corazón soporta?

¿Hasta dónde es resistente el alma?

Ojalá me lo dijera alguien.