"El Amor Trascendental y Eterno" es el último poema en Ideas, Complicaciones y Demás en este 2010, muchas gracias a todos los que han mantenido el interés en esta página, eternas gracias nuevamente a aquellas y aquellos que han dejado sus comentarios y a todos los que se comunican conmigo a través del correo electrónico en relación a lo publicado. Ha sido un año con poca producción poética, ya vendrán mejores tiempos...
Para todos, un abrazo inmenso y deseos sinceros para el año que está por empezar.
(La imagen que acompaña este poema es de mi señora Madre)
Hay un amor, que no conoce realmente el final,
hay un amor que vence todos los obstáculos,
hay un amor que no se relaciona a la hipocresía,
hay un amor inmenso que sobrepasa a sí mismo.
Existe un amor que nos envuelve desde antes de nacer
que se entrega totalmente, sin límites, sin condiciones,
y durante nuestra vida ese amor es el faro de la libertad,
el camino de la verdad, la dulzura en tiempos difíciles.
Nada hacemos para merecerlo, para ganarlo...
y algunos no hacen nada para mantenerlo,
es un amor incomprensible, total, inocente, inmenso,
el único amor que mientras más da, más crece.
Un amor que nace de la vida misma,
un amor que se desarrolla en un vientre,
un amor que defiende, protege y alimenta,
un amor trascendental y eterno.
El amor de madre, lo más precioso y verdadero
demasiado sincero, puro en extremo,
impagable, ni con la vida misma...
ni con sacrificios, ni con esfuerzos.
Y es porque ese amor sublime nada pide,
es simple, sencillo, dadivoso, imperturbable,
es la raíz de todo, el origen, el inicio
y el motivo para todo lo que viene y va.
Es el amor que marca al corazón
con el fuego de las caricias más limpias,
con las palabras más sinceras
y con el ejemplo más honesto.
El único amor que sobrevive a la muerte
y tras ella, crece mucho más
allí, cuando ya no lo podemos tener
es cuando lo sentimos en toda su fuerza.