Sonrisa

La sonrisa es la versión corta de la risa, es en algunos una mueca imperceptible, mientras que en otros es una muestra encantadora de su hermosa persona, sea risa o sonrisa, esta es una de las enormes diferencias que tenemos los humanos en relación con las otras especies animales con las que compartimos el planeta.

Lamentablemente no todos tenemos la capacidad de sonreír, y no es porque no podamos físicamente hacerlo, sino porque no deseamos hacerlo, porque nuestra vida humana carece de razones para sonreír.

El mejor medio de comunicación entre nosotros no es la palabra, es la sonrisa, ésta puede en definitiva romper el hielo, crear confianza, abrir posibilidades de mejoramiento en las relaciones humanas, da paz y tranquilidad.

A sonreír se comienza muy temprano, cuando aún no hay conciencia del por qué uno sonríe, lo que significa que la sonrisa nos es dada por la propia evolución como un mecanismo social necesario de interacción con otros.

La sonrisa puede también ser totalmente falsa, una hipócrita mueca de burla o sarcasmo, de indiferencia o de simple insulto.

Lo mejor sería planificar nuestras sonrisas en algunas ocasiones y dejar que espontáneamente salga en otras.

No debemos negar jamás una sonrisa, principalmente a los más pequeños y a aquellos seres que nos llevan la ventaja en la vida y que están posiblemente muy solitarios y necesitan un poco de apoyo y amistad.

Sonreír no provoca dolores. No enferma a nadie. Y abre puertas que de otro modo nunca se van a abrir a nosotros.

La sonrisa en cierta manera está regulada por nuestros padres, porque cuando somos pequeños se nos ordena no sonreirle a los extraños, se nos coerciona de cierta manera a no dar nuestra sonrisa a quien nosotros deseemos darla.

Cuando crecemos dominamos hasta cierto punto nuestra sonrisa, los sentimientos son en realidad los que mandan. Una sonrisa de ternura, de unión, de aprobación, de amistad, de solidaridad, de condolencia inclusive...

El buen humor, la manera en que significamos nuestra existencia, el carácter que poseemos, nuestra capacidad de enfrentar problemas, nuestra salud y bienestar, son decisivos para acrecentar o disminuir nuestra sonrisa.

Algunos de nosotros sonreímos a nosotros mismos... Por un recuerdo, por una situación, por muchas razones. Mientras otros, lamentablemente no desean hacerlo ni para ellos, ni para otros. Ellos escogieron hacerlo de esa manera por razones muy personales.

Pero la sonrisa es en definitiva la consecuencia de un positivismo muy especial. Y debe ser abonado el terreno para no perder esa maravillosa capacidad de sonreír.

Una sonrisa sincera es alimento para nuestra propia existencia. La sonrisa siempre se da... es nuestro efímero regalo a un semejante... pero sus consecuencias pueden ser muy duraderas.

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