Depresión

Vivo por vivir, pero nada me complace...
he llegado a este estado sin pedirlo,
sin desearlo, aun casi sin sentirlo...
y sufro al ver como mi alma se deshace.

Voy por inercia, como silente testigo,
que en un oscuro existir está prisionero
de este monstruo irancundo y traicionero
que se empeña en hacer crecer el castigo.

Cada día que pasa sólo deja vacíos,
mi vida es una carga espesa y macilenta
que de todo brillo y fé está exenta
y me conduce por perdidos desvaríos.

¿Dónde quedó mi hermosa voluntad?
Extraviada en un recodo del camino.
De esta vía que quizá sea mi destino,
la cual la siento llena de mezquindad.

Fue la mala suerte, el equivocado andar,
aun me lo pregunto pero no hay respuesta
lo único que tengo es esta carga funesta
en diaria tortura, en diario castigar.

Llevar la tristeza en los hombros cansados,
soportando cada vez de un peso mayor
es suficiente para llamar con clamor
a los cielos e implorar por los pecados...

...Por aquellas faltas, por aquellos hechos
que provocaron el terror de ésta depresión
ensartada hoy en mi alma con determinación
provocando dolores, martirios y despechos.

Todo me conduce a tomar la mejor decisión
de liberar a mi alma de la negra suerte,
de buscar en la locura la hermosa muerte
y dar por terminada ésta cruel situación.