Entrega

Visto a través del cristal rosado del deseo

El rocio matinal que se concentra en la vida
que ha quedado a su merced, en aquellas
horas vespertinas, deja sentir su presencia
cuando el cansancio sofoca al final del placer.

Constante el deseo, ha cabalgado desbocadamente
uniendo tu placer al mio, haciéndolos uno solo...
anocheceres cargados de erotismo
han envuelto en su ropaje nuestras ansias.

Danzas flamígeras, lluvias de estrellas,
nubes de mariposas traviesas que revolotean
sobre tu vientre, tu espalda, tus caderas...
llevando en sus alas el polvo mágico de tu ensueño.

Diamantes incrustados en la mirada...
rubíes transformados en labios cuyos besos
calcinan la piel, la carne, los huesos...
que se acoplan, que se unen, que se entregan.

Dos palomas volando por el mismo cielo,
un baile de sudores, de susurros y gemidos
música que adorna los gritos apagados...
de nuestras gargantas consumidas en el éxtasis.