Enamorado

Te has dado cuenta que cuando te enamoras... piensas en tu amor en todo momento...

que es una constante en tu vida... que hagas lo que hagas tienes su imagen, su voz...

todo... siempre presente...

en cada instante... hagas lo que hagas...

aunque tu mente se ocupe de cosas rutinarias o nuevas, vayas donde vayas, estes con quien estes...

el recuerdo de tu amor se mantiene presente... como una llama que no se apaga por fuerte que sea el

viento.

Y el pensar te consume de una manera que te agrada...

en un dulce cansancio...

y cuando en aquellos momentos íntimos...

recuerdas a tu amor... visualizas la pasión...

vibras por completo... te sumerges en un deseo que aprisiona el corazón...

y sueñas... y haces el amor con una intensidad que te agota... sublimemente...

El amor te adormece... el amor te acuna... te cobija...

Te dice que no tengas miedo... que nada malo pasa...

Te da el néctar de la tranquilidad, de la paz... de la armonía...

Se siente la vida... la vida plena, la vida perfecta...

Si tan sólo así fuese la eternidad...

es la eternidad del amor... en un segundo del pensamiento.

En el diario vivir, el amor es las fuerza que mantiene a tu corazón atado

a un dulce sueño que pacifica la existencia en todo momento.

Es el éxtasis sin el éxtasis... la pasión desenfrenada que no se siente en una cama,

pero si en donde quiera que te encuentres, en una divina y continua repetición.

Es el querer dar una caricia más allá del tacto... Una mirada más allá de la vista...

Y recibirla de igual manera...

Es quizá la única vez que deseamos perder la libertad, estar atados, pertenecer a alguien.